Un equipo de científicos de la Universidad de Stanford ha logrado un avance significativo en el campo de la medicina regenerativa al demostrar la capacidad de regenerar cartílago, tanto en tejidos de laboratorio como en modelos animales. Este descubrimiento ofrece una nueva esperanza para millones de personas que padecen artrosis, una enfermedad degenerativa que provoca dolor y rigidez en las articulaciones debido al desgaste del cartílago. Hasta ahora, la regeneración de este tejido se consideraba casi imposible, lo que a menudo dejaba la prótesis como la única opción para los pacientes.
El estudio, dirigido por la investigadora Mamta Singla, se ha enfocado en la proteína 15-PGDH, una enzima que degrada la prostaglandina E2, fundamental para la reparación de muchos tejidos. Los investigadores observaron que en las articulaciones afectadas por artrosis, los niveles de 15-PGDH están elevados, lo que impide que el cartílago se repare por sí mismo. Al inhibir esta proteína en ratones con artrosis de rodilla mediante un fármaco experimental, se logró un engrosamiento notable del cartílago, recuperando una estructura similar a la de animales sanos. Además, los ratones mostraron una mejora en la movilidad y una reducción del dolor, lo que sugiere un impacto positivo en su calidad de vida.
Los prometedores resultados no se limitan a los estudios en animales. El medicamento experimental también fue probado en cartílago humano extraído durante cirugías de reemplazo de rodilla, donde se observó una regeneración del tejido dañado en placas de laboratorio. Estos hallazgos han sido publicados en la prestigiosa revista científica Science, lo que subraya la importancia y el rigor de la investigación. Lo más alentador es que este fármaco, aunque aún no está disponible comercialmente, ya ha sido evaluado en ensayos clínicos con personas mayores para otras condiciones, demostrando ser seguro y eficaz, lo que acelera su potencial aplicación en pacientes con artrosis.
A pesar de los avances, es crucial mantener una perspectiva cautelosa. Los resultados actuales provienen de modelos animales y de tejido humano in vitro, y no representan una solución inmediata para los pacientes. No obstante, este logro es un hito en una década de investigación en Stanford, que ha transformado la visión sobre la supuesta irreversibilidad del daño cartilaginoso. En 2020, otro equipo de la misma universidad ya había demostrado la posibilidad de regenerar cartílago a partir de células madre óseas, pero el nivel de regeneración alcanzado en este nuevo estudio es considerablemente superior, lo que ha generado gran entusiasmo en la comunidad científica.
Es importante diferenciar la artrosis de la artritis. Mientras que la artritis se refiere a la inflamación de las articulaciones causada por una respuesta autoinmune, la artrosis es el resultado del desgaste mecánico del cartílago. Aunque ambas condiciones causan dolor, la artritis suele presentar un dolor más continuo e intenso, mientras que el dolor de la artrosis, al ser mecánico, mejora con el reposo. Se estima que la artrosis afecta a un gran porcentaje de la población mayor de 40 años, convirtiéndola en la enfermedad articular más común. Aunque la plena disponibilidad de este medicamento podría tardar años, los especialistas recomiendan mantener un peso saludable, realizar ejercicio adaptado y buscar atención médica temprana para un diagnóstico preciso ante cualquier dolor articular persistente.